Diferentes alternativas para mediar los conflictos
En nuestro articulo del mes pasado hicimos un análisis de
los elementos y ventajas de la mediación, en esta ocasión nos referiremos a su clasificación. El mediador coopera con las partes para que
alcancen una solución mutuamente
beneficiosa y resuelvan su conflicto,
lo que les permite dedicar sus recursos personales y económicos a actividades
más productivas. La flexibilidad de la mediación ha traído como consecuencia
que los estudiosos de la materia y los profesionales que la practicamos, le
hayan dado toques personales, que poco a poco han provocado diferentes estilos
de mediar, estos a su vez se han transformado en tendencias actualmente
definidas en tres grandes grupos a saber: Facilitadora, Evaluadora y
Transformadora. La sociedad ha reconocido en los medios alternativos de
resolución de conflictos, una herramienta de inmensa utilidad, que no es
propiedad absoluta de las disputas de origen legal, por lo que además existen
áreas especializadas de mediación tales como corporativa o gerencial, escolar y
comunitaria entre otras. La mediación
facilitadora considerada como tradicional, se caracteriza por que el
mediador toma control del proceso a fin de que las partes, con su asistencia o
facilitación (sic), ejerzan su poder de buscar y analizar opciones para
solucionar el conflicto. El mediador no hace recomendaciones ni dá opiniones
personales y mucho menos influye sobre
la decisión de las partes. Como parte de su labor debe asegurarse de que si se
logra un acuerdo, los involucrados contemplen consecuencias que
tendrá, no solo para ellos, sino para terceros como por ejemplo: hijos,
cónyuge, empleados, socios etc. Los mediadores facilitadotes no necesitan tener
conocimientos específicos sobre la materia objeto de la disputa, lo cual
contrapone con la mediación
evaluadora, en ella las partes sienten necesidad de que el mediador sea conocedor y hasta experto en la materia objeto de la disputa,
por lo tanto tiene la capacidad para opinar y evaluar la conveniencia de las
diferentes opciones para encontrar la solución. El mediador evaluador puede
influir e inclusive modificar la decisión final. Normalmente este tipo de
mediación se utiliza en casos que ya están siendo litigados y el mediador es un
profesional del derecho o un experto en la materia objeto de la disputa, quien
proactivamente, evalúa con las partes y sus abogados las vías más eficaces de
resolver el problema. Conviene señalar que ambas corrientes se basan en
conceptos distintos en cuanto al abordaje a la mediación, hay quienes piensan,
incluyendo al articulista, que no es
necesario y puede ser hasta inconveniente que el mediador tenga conocimientos
específicos sobre la materia objeto del
conflicto ya que la neutralidad e imparcialidad del mediador puede verse
comprometida, puesto que analiza condiciones, circunstancias y hasta
responsabilidades en el proceso de negociación que esta facilitando. Existe el
riesgo de que un mediador evaluador se transforme en “juez o en arbitro”,
dentro del proceso y no pueda evitar la tentación o verse conminado a emitir
una opinión que influya para que las
partes que adopten la solución que él mediador consideró la mas acertada. No es
difícil concluir que mediante la aplicación de esta forma de mediar, las partes
pierden precisamente lo que la mediación como proceso debe garantizarles, es
decir, su autodeterminación, o sea la capacidad que tienen de tomar su propia
decisión. No obstante, cuando los interesados exigen que dentro de la mediación
este presente un experto en la materia, podemos acudir a un comediador, es
decir una persona no necesariamente entrenada como mediador y que coopera para
dirigir el proceso. Por ultimo tenemos
la mediación transformadora, que profundiza el papel facilitador del
mediador, ya que este no solo le
reconoce a las partes su capacidad para resolver, sino que les insta a
reconocer y aceptar las necesidades, peticiones y puntos de vista de la
contraparte, como validas y como
consecuencia de la naturaleza íntima del conflicto. La idea es cambiar así la
actitud combativa de las personas, para que sean ellas y no el mediador,
quienes controlan el proceso. Esta corriente pretende que las personas no solo
se beneficien de la mediación particular al resolver la disputa, sino que utilicen
los conceptos que han absorbido del proceso, en confrontaciones futuras. Del
análisis de estas tres clasificaciones se desprende que la mediación es un
proceso sencillo en cuanto su finalidad
de buscar una solución, pero complejo en cuanto a lo que se refiere al entrenamiento, profesionalidad y a la
responsable actuación del mediador. Considero necesario dejar sentado que
aunque la mediación puede y debe ser utilizada por los profesionales de
diferentes disciplinas y muy especialmente por los abogados, como un recurso
valido para cumplir con su misión de orientar y ayudar a su cliente en la
búsqueda de la solución de una controversia, si no lo logran conviene que
recurran a mediadores profesionales debidamente entrenados en áreas como
expresión gestual, conflictologia, negociación, técnicas de conciliación y
mediación, control del proceso y por
supuesto que entiendan y mantengan los principios éticos del mediador.
Autor: Oscar J.
Franco O. Abogado, Conciliador-Mediador
Presidente del Centro Venezolano de Conciliación y de
Mediación.
mediacion@cantv.net